¿Por qué mi hijo se porta así?
Todos conocemos a una persona que nos sorprende por su forma de comportarse. Actúa aceleradamente, hace travesuras inesperadas, reacciona de forma exagerada, se enoja fácilmente, muchas cosas le molestan, hace comentarios o acciones que molestan a otros, etc.
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La lista podría continuar, pero indudablemente cuando nos encontramos con alguien así, tarde o temprano nos preguntamos ¿Por qué se porta así? Y si somos cercanos o estamos involucrados en el proceso formativo de dicha persona, inmediatamente nos mueve a pensar ¿Qué podemos hacer?
Responder a estas cuestiones no es tarea sencilla. Para comenzar tenemos que comprender que todo comportamiento humano es reflejo indudable de las estructuras internas de la persona y estas estructuras no solamente se refieren a las ideas o costumbres bajo las que la persona fue criada, sino que abordan la totalidad de la persona: su cuerpo, las experiencias a las que ha sido expuesto, las ideas que ha construido del mundo y los recursos intelectuales, sociales y emocionales que ha logrado construir.
Para ilustrar la complejidad de la que hablamos pensemos en lo siguiente: desde que un nuevo ser humano llega al mundo recibe estímulos a través de su cuerpo; sus sentidos se activan y mandan información a su cerebro, la cual tras ser procesada construirá nuestras primeras ideas y significados del mundo. El resultado de esta serie de sucesos depende de nuestra constitución única tanto biológica como psicológica, así como del entorno en el que nos desarrollemos. Por ejemplo:
“ Si una pequeña presenta hiper reactividad a estímulos táctiles, las caricias de sus padres en vez de ser percibidas como algo agradable serán motivo de irritación y llanto y al notar esto puede que sus padres dejen de hacerle caricias, con lo que la pequeña dejará de recibir estímulos que ayudan a construir otros muchos sistemas. Sin embargo, si esa misma pequeña es adecuadamente valorada y se logra identificar este perfil sensorial particular, los padres podrán recibir orientaciones de cómo ayudarle a modular su reactividad y proveer los estímulos adecuados para que logre desarrollar todo su potencial.
Con esto damos pie a responder a la segunda cuestión: ¿Qué podemos hacer? La mejor herramienta es identificar las características específicas del niño o niña. Esto implica mantener ciertas reservas a los múltiples consejos que podemos encontrar, pues para los seres humanos no existe un manual único que nos ayude a abordar las dificultades que se presenten. La única forma en la que cada uno de nosotros se constituye provoca que lo que funciona de maravilla para algunos puede generar más problemas para otros.
Identificar las características específicas implica abordar aspectos tanto biológicos como psicológicos de la persona, para que una vez conformando el perfil individual se pueda tanto establecer mejores prácticas de crianza y acompañamiento que faciliten la regulación del pequeño o pequeña, como ayudarle a desarrollar los recursos que le permitan continuar su proceso de forma autónoma.
En @centrotakumi contamos con especialistas en las áreas de Cognición, Neuropsicología, Integración Sensorial, Desarrollo Emocional Funcional y psicólogos con distintos enfoques terapéuticos quienes podrán ayudarle a la adecuada identificación del perfil individual y el establecimiento de programas de intervención que atiendan a sus características específicas.