Para poder ayudarles a desarrollar estas capacidades es importante comprender que nuestras posibilidades de poner atención no impactan exclusivamente en el ámbito académico, sino que extienden su influencia al mundo interior, a mis interacciones con otros y a mi forma de conocer el mundo.

También es fundamental conocer los mecanismos de la atención, pues no es una tarea única, sino un sistema funcional complejo con una multiplicidad de funciones a su cargo, entre las que destacan: selectividad de los estímulos que se atienden conscientemente, el estado de alerta y vigilancia hacia el entorno, la orientación voluntaria hacia algún estímulo en particular, y la coordinación de las señales que recibimos, los procesos que ejecutamos con ellos y las acciones que realizaremos para dar respuesta.

Debemos considerar también que la atención está ligada a aspectos tan microscópicos como la comunicación neuronal que a su vez depende de factores eléctricos y químicos, hasta temas más complejos como la formación de redes neuronales fruto de experiencias estimulantes.

Por toda esta variedad de factores es complicado dar alguna sugerencia mágica o algún tip o receta que pueda beneficiar a todos los pequeños por igual, pues siempre será vital considerar las características específicas de cada niño o niña y el estado de desarrollo en el que se encuentra.

Tomando en cuenta todo lo anterior y con fundamento en el proceso natural de neurodesarrollo, sí podemos apostar a un recurso excelentísimo. Estas funciones atencionales por complejas que suenen, las desarrollamos en nuestros primeros meses de vida y las vamos complejizando y sofisticando conforme nuestra experiencia con el mundo nos va imponiendo demandas cada vez mayores. La forma en que desarrollamos estas capacidades, si bien no tiene nada de extraordinario, podría parecer un lujo dadas las condiciones del mundo moderno en contextos urbanos, pues dependen fuertemente de la cantidad de tiempo que los cuidadores primarios de los bebés puedan invertir en proveerles intercambios afectivos y lúdicos.

“No hay mejor recurso para ayudar a tu pequeño o pequeña a ser más atento y a desarrollar mejor su capacidad de regularse que dedicarse atención mutuamente y coordinar intercambios en los que desde pequeño descubra que es capaz de controlar su mundo interno, ordenar sus movimientos y descubrir que en los gestos y ruidos que haces existe todo un mundo de significados.

Por el contrario, entre menor sea el tiempo que los bebés pasen en un contacto significativo con sus cuidadores primarios, mayor será el déficit que se genere.

Si su pequeño o pequeña muestran dificultades atípicas para poder concentrarse y mantener una atención sostenida es importante revisar las áreas implicadas y poder establecer el tipo de estimulación apropiada. En @centrotakumi contamos especialistas certificados en las áreas de Intervención Cognitiva, Neuropsicología, Integración Sensorial y Desarrollo de Capacidades Emocionales Funcionales quienes podrán ayudarle a la adecuada identificación del área prioritaria de atención para resolver estas dificultades.